
La empresa sueca Anima, responsable de la creación de los relojes híbridos Kronaby, se ha declarado hace poco en quiebra tras un repentino cambio de estrategia por parte de sus accionistas chinos.
Anima, con sede en la ciudad de Malmö, fue fundada en el año 2015 por cuatro ejecutivos de Sony Mobile y su primer smartwatch híbrido Kronaby llegó al mercado en el año 2017, con un diseño y materiales premium, además de múltiples capacidades para la monitorización de la actividad, notificaciones móviles y otras funciones inteligentes.
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En su primer año de actividad, la compañía generó ventas por valor de 37 millones de dólares, pero las pérdidas operativas fueron de unos 127 millones de dólares, mientras que el año pasado sus ingresos aumentaron en un 40% hasta los 50 millones de dólares.

En todo este tiempo, la compañía mantuvo su actividad gracias a las financiaciones con capital de riesgo de Goertek, un fabricante chino de dispositivos y componentes electrónicos. A pesar de todos los fondos recibidos, parece que la ayuda financiera no fue suficiente para llevar a la empresa al punto de rentabilidad, por lo que el fabricante chino decidió concentrar todos sus esfuerzos en la fabricación de componentes, dejando a un lado todos los proyectos que estaban desarrollando, incluyendo la marca Kronaby.
“Decidieron abandonar este negocio y también tomaron la decisión extremadamente rápido, por lo que detuvieron todas las inyecciones de capital y todo el apoyo a nuestra marca”, declaró el CEO de Anima, Pål Borge.
“Nos anunciaron en diciembre, por lo que nos dejaron sólo con un mes y medio para encontrar nuevos inversores, lo que fue demasiado poco tiempo. Actualmente tenemos varias opciones para poder seguir trabajando, pero de momento no hay nada concretado”, agregó.
Según el ejecutivo de la compañía, en estos momentos sólo requieren una inversión pequeña de unos pocos millones de dólares con el fin de alcanzar un punto de equilibrio en sus finanzas, y esperan encontrar a alguien que esté dispuesto a aportar estos fondos para poder continuar su actividad en la industria de los relojes híbridos de alta gama. En caso de no lograrlo, los 60 empleados actuales de Anima corren el riesgo de quedarse sin sus trabajos.
“Tenemos una plataforma preparada y un negocio que debería interesa a muchos, por lo que nuestra ambición es que, junto con nuestros administradores, logremos encontrar una solución”, concluyó.
Los relojes híbridos Kronaby siguen a la venta con precios de entre 295 y 675 euros. Uno de sus aspectos más destacados es sin duda su diseño premium y el hecho de que parecen relojes clásicos en vez de smartwatches. La mayoría tienen soporte para notificaciones, cuentan con podómetros, alarmas silenciosas, la posibilidad de rechazar llamadas, controlar la música del teléfono, husos horarios automáticos, soporte para IFTTT, autonomías de hasta 2 años y mucho más.
Sería sin duda una auténtica lástima ver desaparecer a este fabricante del mercado teniendo en cuenta que es uno de los pocos creadores de relojes híbridos con unos diseños de alta calidad y elegancia.